El disparate del alquiler y las heridas de la inflación anuncian curvas en Canarias

En los últimos años, el mercado del alquiler ha experimentado un crecimiento vertiginoso en muchos países, incluyendo España, y por supuesto en Canarias, donde la presión por invertir para el alquiler vacacional aumenta constantemente. Este fenómeno, sumado a la creciente inflación, ha provocado un aumento en los precios de los alquileres y ha causado heridas en la economía de muchas familias.

El alquiler se ha convertido en la única opción viable para muchas personas, especialmente los jóvenes, ante la difícil situación del mercado inmobiliario y las dificultades para acceder a una vivienda propia, ya que normalmente con trabajo en precario sin un contrato fijo y sin ahorro no hay otra opción. Sin embargo, los precios de los alquileres han aumentado de manera desproporcionada en los últimos años, superando con creces el incremento de los sueldos y salarios.

Este disparate se ha convertido en un problema para algunos y un beneficio para otros. Por un lado, los inquilinos se ven obligados a destinar una gran parte de sus ingresos al pago del alquiler, dejando poco margen para el ahorro o para hacer frente a otros gastos. Por otro lado, los propietarios se encuentran con una demanda creciente, lo que les permite subir los precios de los alquileres, llegando a cotas que no habíamos visto.

La inflación, por su parte, también ha causado heridas en la economía canaria siendo una de las más afectadas por el alza en la cesta de la compra. El aumento generalizado de los precios de bienes y servicios ha reducido el poder adquisitivo de las familias canarias, ya que sus salarios no han aumentado de forma proporcional. Esto ha llevado a una disminución en el consumo y a un estancamiento en la economía.

La combinación del disparatado aumento de los precios de los alquileres y la inflación ha creado una situación complicada para muchas familias canarias y para la economía en general. Muchas personas se ven obligadas a endeudarse para poder hacer frente al pago del alquiler, lo que puede llevar a situaciones de sobreendeudamiento y a la imposibilidad de cumplir con otras obligaciones financieras. Llegando a extremos de usar tarjetas revolving con intereses abusivos.

Además, la subida de los precios de los alquileres ha provocado una mayor demanda de viviendas en alquiler, lo que a su vez ha generado una especulación en el mercado inmobiliario. Muchos inversores han encontrado en el alquiler una oportunidad de obtener rentabilidad, lo que ha llevado a un aumento de los precios de las viviendas destinadas al alquiler. Esto ha dificultado aún más el acceso a la vivienda para aquellos que no pueden permitirse comprar una casa. Siendo todavía este efecto mayor en Canarias, donde el clima benigno y la posibilidad de rentabilizar a través del turismo convierte nuestras islas en una golosina para los especuladores.

La situación se agrava aún más si tenemos en cuenta que la inflación no solo afecta a los alquileres, sino también a otros gastos básicos como la alimentación, el transporte o la energía. Esto hace que el presupuesto de las familias canarias se vea aún más reducido y que se vean obligadas a recortar en otros aspectos de su vida.

El disparate del alquiler y las heridas de la inflación anuncian curvas en la economía canaria. El aumento desproporcionado de los precios de los alquileres y la inflación han creado una situación complicada para muchas familias y para la economía en general. Es necesario que se tomen medidas para regular el mercado del alquiler y para controlar la inflación, de manera que se pueda garantizar el acceso a una vivienda digna y se pueda mejorar la situación económica de las familias.

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