Una investigación de la ULL “desaconseja” los refrescos para menores de tres años

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El consumo de refrescos por parte de los menores de tres años ha sido objeto de estudios recientes, que desaconsejan su ingesta debido a los efectos nocivos que pueden tener en la salud de los más pequeños. Una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de La Laguna (ULL) ha evidenciado la importancia de moderar el consumo de este tipo de bebidas a partir de los ocho años, para evitar posibles problemas de salud a largo plazo.

En muchos hogares, los refrescos carbonatados se han convertido en una opción frecuente a la hora de hidratar a los niños. Sin embargo, los especialistas advierten que estas bebidas contienen una gran cantidad de azúcar y otros aditivos que pueden ser perjudiciales para la salud de los menores. La obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son solo algunos de los padecimientos asociados al consumo excesivo de estos productos.

El estudio llevado a cabo por la ULL destaca que el consumo de refrescos comienza en edades tempranas, ya que las madres suelen darles a sus niños estas bebidas en sus primeros años de vida. Sin embargo, los expertos sugieren que lo más recomendable es evitar completamente su ingesta hasta los tres años de edad, ya que durante este periodo los niños están en pleno desarrollo y su organismo es especialmente vulnerable a los efectos negativos del consumo de azúcar.

A partir de los tres años, se aconseja moderar el consumo de refrescos y ofrecer a los niños otras opciones más saludables, como agua o jugos naturales. La cantidad de refrescos consumidos diariamente debe ser limitada, ya que incluso pequeñas cantidades pueden tener consecuencias perjudiciales. Según los especialistas, el máximo recomendado para los menores de ocho años es de una lata de refresco a la semana, y a partir de los ocho años, se debe reducir aún más esta cantidad.

El equipo de investigación de la ULL también destaca la importancia de concienciar a los padres sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de refrescos. Es fundamental educar a los niños desde temprana edad acerca de la importancia de llevar una alimentación equilibrada y de incluir en su dieta alimentos saludables. Asimismo, es necesario fomentar hábitos de vida activos y promover la práctica de ejercicio físico regular para evitar la obesidad y las enfermedades relacionadas con una vida sedentaria.

Los refrescos no son una opción saludable ni adecuada para los niños, especialmente cuando se trata de los menores de tres años. Es fundamental ser conscientes de los efectos perjudiciales que pueden tener en su salud y buscar alternativas más saludables para hidratarlos. El agua sigue siendo la mejor opción y, en caso de querer ofrecerles algo diferente, se pueden emplear jugos naturales sin azúcares añadidos.

Fuente: Eldiario

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